Miedes de Aragón - Calatayud, Zaragoza

Josep J.

Es un típico pueblo del bajo Aragón con calles curvadas, zigzagueantes, con edificios de barro (adobe) pintados de blanco, ocre y otros vistosos colores teniendo la característica de estar repintadas con marcos las ventanas, las puertas y otras aperturas de los edificios antiguos que sus fachadas se comban por efecto del asentamiento de la pared de adobe. Sus calles estrechas y sinuosas nos recuerdan a tiempos antiguos quizás mozárabes. Un pequeño río, casi riachuelo, de nombre bravío, el Perejiles, tiene una abundante vega. Pero lo más sobresaliente es que tiene un puente de madera, mejor dicho un puentecito, pero al fin y al cabo no dejar de ser "su" puente. Su plaza semiporchada ubica su Ayuntamiento y al lado tiene la iglesia de San Pedro que de vez en cuando recibe la actuación de afamados joteros. Hay una torre de piedra que se alza orgullosa llamada Torre del Reloj que es el elemento más distintivo del lugar. Hay también una fuente de estilo renacentista y unos lavaderos que ahora están solos pero antaño fueron de lo más concurrido. Un precioso convento de monjas (de clausura), ahora está vacío por la falta de vacaciones y de novicias. El edificio del convento, su iglesia, su patio interior y su muro exterior son imponentes siendo estos elementos los símbolos de la riqueza que en su día tuvo el convento. A las salidas del pueblo, en sus caminos de tierra, aún se conservan dos peirones con sus resguardadas sacras figuras. Desde las laderas del Hornillo se tienes amplias vistas Miedes, su vega y la ribera del río Perjiles.
Los huertos y campos circundantes sufren de la falta de reemplazo generacional en las tareas del campo. Hay huertos sin trabajar aunque el aigua brota entre canales y hace ruido al moverse. Este año deben haber pagado muy mal las peras pues no las han recogido de los árboles y los suelos están llenas de ellas. La uva es pequeña por la sequía prolongada, esperemos que tengan buena vendimia y sinó que al menos sea medio buena. Por muchos sitios hay higueras pero tampoco recogen ni higos ni brevas. Como no podía faltar, hay casino en el pueblo y allí con buena oreja oyes todo lo que se pueda hablar pero lo más interesante no es el contenido de lo que se habla, sinó de cómo se habla, es decir de ese acento maño con su multitud de vocablos, palabras, que parecen llevarnos a tiempos pretéritos ya olvidados pues pensábamos que estaban perdidos, pero no en Miedes aún los hay, y esperemos que para rato.
Bueno por ahora creo que ya he hablado suficiente maños.

Alfredo U. B.